Gigante y hermosa nube.

Suspendida y fantástica.

Irreal y poderosa.

Como nuestro gigante amor.

Eterno e intrínseco amor.

Más poderoso que el cielo.

Tan hermoso así, tu pelo.

Tu anhelo, tu deseo.

Tu gran fuego, mi gran juego.

Un día, no tan soleado como ayer, frío, no, estaba ventoso y frío. Me levanté gracias al despertador que sonó, sonó y sonó, hasta que mi padre me dijo que apagara el despertador. Entumecido por el mismo frío, me vestí como pude mientras el pelo se colaba entre mis ojos, pinchándome. Bañado, más despierto pero no tan despierto, proseguí en hacerme el desayuno. Aprontado ya, salí y el viento se colaba entre las mangas de la campera. Me causaba quedarme, pero seguí. Fatigoso fue subirme al bondi llevando la tabla de dibujo y la mochila, por suerte es cosa de lunes, sólo los lunes.

Cosas de lunes, sin brillo, no tan iluminadas, son cafés, son pronósticos meteorológicos matutinos. Son personas mayores, viejas que te roban el asiento del bondi que me tomé, egoístas, sabiendo que te cuesta llevar la tabla de dibujo, ellas te meten el culo por delante con tal de sentarse; hijas de puta.

Cosas de lunes son bancarte a la de biología, es que tu abuela esté cansada y que te diga que la comida está pronta en el horno y sólo hay que calentarla en el micro. Son los fideos con aceite y queso cuando tu abuela labura.

Cosas de lunes son enterarte de que mañana había que entregar ese trabajo que te juega el promedio, es pelearte con un amigo, por tarado. Es fiaca. Es recordar, 'musiquear' y ponerse nostálgico.

Cosas de lunes es olvidarte de cómo utilizar los tildes, que se te caigan las medias al water porque te olvidaste de bajar la tapa y de gil que es uno los tira ahí, distraído, abstraído en pensamientos lejanos, en su mundo, un mundo dónde no se te caen las medias al water, un mundo dónde no te peleas con un amigo por tarado, dónde no son pronósticos, dónde no son cafés.

Cosas de lunes son cosas de lunes, no de martes o jueves, lunes, dónde el fin de semana ya no juega ningún rol, dónde 'comienza la semana': las pelotas.

Cosas de lunes es volver a emocionarme por lo mismo, porque pude volver a escribir este retazo de palabras, que había abandonado desde que dejé la escuela, y está bueno volver, y lo más lindo fue sacar la inspiración, lo más lindo es que la pluma vuele, que la maquinita de los sueños se ponga a funcionar; con la monedita de 0.50 ya se pone a andar, eso es lo lindo.

Cosas de lunes es querer que sea miércoles porque tenés Literatura, no importa que sea una vieja botona la profesora, vos querés tener Literatura, porque te mueve, llena. 

Porque por más que te olvides que era un oxímoron cuando justo te lo pregunta, por más que no puedas pasar al siguiente párrafo porque la vieja hace análisis hasta del culo del personaje; vos sabés que es de vos, estás vos ahí, y eso es lo que importa. Vos soy yo, yo soy ese 'vos', quizá tus cosas de lunes no sean tan parecidas a las que relaté aquí ('relaté', bastante burdo), pero mis cosas de lunes son esas, cosas de lunes, mis cafés, mi Literatura, mi maquinita de los sueños.

Abrumado.

Me siento en el conflicto en que se encuentra un escritor sin ideas.

Me siento despreciado.

Por momentos, y sólo momentos.

Para ellos valgo.

No era la estrofa perfecta.

Que octosílabos precisa.

Rima elegante armoniza.

Y finaliza infartante.

Como la chica gacela.

Como Romeo y Julieta.

¡Ay, de mí! Mío corazón.

La vida agota mi pasión.

Diferente.

No se adapta.

Quiere cambiar.

Innovar.

Ser especial.

Demostrar que su mentalidad es original.

Pero no lo logra.

Lo reprimen.

Lo matan.

Le arrancan con brutalidad el bebe que está amamantándose del seno de su madre.

Sólo para beneficio particular.

Todo para que se adapte al concepto de normalidad.

Lo cual no va a aceptar.

Él va a luchar.

Y va ansiar ganar.

Y lo hará.

Abandonar.

Sinónimo relativo de perder.

Porque el sol forma círculos dorados que endulzan el ambiente.

Porque es como tu mirada, penetrante.

Y caliente.

Cuando me abrazás me siento el ser más completo del planeta.

Cuando te alejás me siento un ser despojado de su esencia.

Tu pelo ondeando el viento.

Mi vida se reduce a ese momento.

Nada importa.

Mas vos lo sos más.

Complicado. Obscuro. Abstracto.

Sin sentido.

Lo inmiscible.

Como el amor.

Lo que no se puede tragar, como si fuera un puñado de arena.

Que no me deja respirar, me ahoga.

Me mata lentamente, una lenta agonía.

Que va destruyendo cada partícula de mi ser.

Cada célula deja de respirar porque no puedo más.

Porque debo marchar. 

Mi camino terminó.

Soy un eremita de emociones intrínsecas.

Del fuego perteneciente de otras personas.

De otros amores.

Colores.

Quedé solo hoy a la mañana de junio, invernal, calurosa y húmeda por el veranillo.

Como ese fuego azul, fantasioso, hipnótico.

No pertenecía a este mundo, siempre fui de mi mundo.

Sólo yo lo sé.

Veía el cielo desplomarse, en vendaval torrencial.

Hermoso y obscuro, terrible fueron los truenos.

Como el argumento necesario para acabar el día.